Cuando un profesional inmobiliario pone un anuncio lo que busca es conseguir hacer al observador desear vivir o trabajar allí. Lógico, pues el propósito es vender o alquilar el inmueble… pero en el menor tiempo posible. Este espacio de tiempo cobra importancia en el momento en que cada día que el inmueble sigue sin habitar es un día sin rentabilizarlo, para él y para su cliente. A veces me han preguntado si merece la pena contar con fotografías profesionales… Sí, sin duda. Y lo digo todo lo objetivamente que puedo decirlo. Está claro que se multiplican tanto las visitas como las consultas al anuncio. Y esas consultas son de mayor calidad ya que, al haber hecho una presentación correcta del inmueble, las posibilidades de concretar la operación es mayor. Y, ¿por qué no me vale cualquier foto que haga con el móvil o esa cámara que tengo en un cajón? Pues, como en todos los campos, depende de tu capacidad para conseguir unos resultados adecuados en el tiempo adecuado. Si tienes dudas sobre tu capacidad (o no tienes tiempo para hacerlo bien) entonces deberías contar con un profesional. Un profesional es una persona que permite despreocuparte del tema y tener el trabajo listo en el momento en que lo necesites. Cuenta los conocimientos necesarios y, por supuesto, con el equipo adecuado para este tipo de fotografía. Capacidad para visualizar la casa, su luz, sus ángulos, su orden. Fijarse en los detalles, lo que sobresale, lo que la hace diferente. Y, por supuesto, la técnica para terminar de afinar el trabajo editando después cada imagen para hacer los últimos ajustes con el ordenador. Ocuparse y preocuparse de todos los aspectos del inmueble, desde el interior al exterior, de las terrazas al trastero, desde los alrededores hasta el parking… Y no es lo mismo fotografiar un salón que una cocina y una cocina que un baño. Ángulos, orientación, forma de exponer, líneas y perspectivas… Igual que no es lo mismo un cielo blanco que un una exposición correcta que nos permita ver tanto la casa como el azul del cielo, ya sea en una perspectiva o en una ventana. No es lo mismo un salón correctamente iluminado que otro que va del blanco al negro, sin dejar ver ni una zona ni otra. No es lo mismo unas paredes que parecen converger que unas líneas paralelas que aparecen como tales. Y tampoco es lo mismo elegir un ángulo u otro, una altura u otra… incluso un día y otro. Incluso la confidencialidad para tener la tranquilidad del cliente que nos ha confiado su inmueble. Y es que, además, la presentación que se hace de un inmueble hablará de la forma de trabajar de una agencia o api, de su interés por cada propiedad, de sus ganas de hacerlo bien… y, a su vez, repercutirá más clientes. Y todo esto se aplica tanto en el campo residencial como en el de oficinas. También, aunque de distinta manera, en el campo de los alojamientos turísticos y los distintos espacios comerciales. Un reportaje profesional pone en valor un espacio y, sobre todo, le da visibilidad. Invertir en unas fotografías de calidad es invertir en visibilidad. Un mes sin alquilar un inmueble, o un fin de semana sin alquilar un apartamento turístico, es dinero contante y sonante que estamos dejando escapar. La visibilidad de unas fotografías profesionales nos permitirán amortizar la inversión en un breve periodo de tiempo. ¿Hacemos fotos?