Visité Canfranc allá por el verano de 2004, hace demasiado tiempo. Había oído y leído… y le tenía ganas. Además, por primera vez disponía de una cámara digital (aunque seguía con la refléx Nikon al hombro) y quería trastear. La Estación Internacional de Canfranc se inauguró en 1928 dentro de un proyecto para unir España y Francia a través del Pirineo aragonés. Multitud de túneles, puentes y gran ingeniería para la época. Para hacerse una idea de la importancia del proyecto, en su inauguración estuvieron Alfonso XIII y el Primer Ministro francés. Pretendía dejar admirados a los viajeros que llegaban a España, con una arquitectura, instalaciones y servicios de primer orden. Sin embargo, tras ser testigo de no pocos momentos históricos (y muchas historias de espías en la IIGM) acabó quedando en el olvido cuando en los años 70 la caída de un puente en la parte francesa de la línea hizo que se paralizaran las comunicaciones. En la actualidad, el único trasiego es el de un convoy que hace el recorrido ida y vuelta desde Zaragoza. Y el de los muchos curiosos y aficionados, claro. En 2002 fue declarada BIC aunque, desde entonces, no ha terminado de cuajar ningún proyecto a la altura de este magnífico monumento. Ha habido cambios de titularidad, amagos de grandes proyectos, películas… pero aún sigue esperando su momento. Si queréis asomaros por allí hay mucha información, posibilidades de visitas guidas y muchas excusas para ir unos días a la zona.