Había estado/disfrutado varias veces en el Hipódromo de la Zarzuela así que cuando la gente de AEPPAS20 (*) propuso el recorrido sabía que no podía dejar pasar esa oportunidad para verlo , sobre todo,y entenderlo mejor. Y, de paso, colaborar con ellos con unas fotos y ayudar algo en su fantástico trabajo en defensa del Patrimonio Arquitectónico. Con sus 75 años recién cumplidos y más joven y radiante que nunca, afronta el futuro con ilusión y con la esperanza de llegar a conseguir cierta independencia económica. Es en este punto cuando gente como AEPPAS20 y otros colectivos quieren promover su catalogación como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El Hipódromo de la Zarzuela siempre ha sido un edificio querido por la gente de Madrid; casi todo el mundo tiene en su mente la imagen de las impresionantes cubiertas de Torroja aunque -es cierto- que muchos no han estado por allí nunca. Tampoco ayudó el paréntesis de actividad (y el casi abandono) durante los últimos 90 y los primeros 2000. Todo empieza cuando surge la necesidad de trasladar el antiguo Hipódromo de la Castellana para que Madrid pueda crecer hacia el norte (aquí tenéis más info, incluso unas deliciosas fotos). En 1934 Carlos Arniches y Martín Domínguez junto al ingeniero Eduardo Torroja se ponen a ello tras ganar un concurso para la construcción del nuevo hipódromo en una zona del Monte del Pardo donde el gobierno de la República le había hecho hueco. Pero estalló la Guerra Civil y, pese a no sufrir daños graves (con el frente prácticamente al lado), las cosas se alargaron hasta 1941, ya con los arquitectos exiliados y bajo dirección de obra militar. A partir de entonces el Hipódromo fue a más, hasta que durante los 80 vivió su época de esplendor. Luego llegó la etapa oscura. Empresarios, quiebras y un abandono que casi le cuesta el futuro. Estuvo cerrado entre 1996 y 2005. En 2004 el Estudio Junquera Arquitectos gana el concurso para su restauración y rehabilitación, un trabajo (arduo y) fantástico que merece el premio COAM 2012 y devuelve al Hipódromo todo su esplendor. Entre medias, en 2009 es declarado BIC. Y con mimo, esfuerzo y muchas ganas parece que -poco a poco- va despejando su futuro. Por suerte para todos. En cuanto a los detalles y la percepción debo decir que la obra es una auténtica maravilla. Decían que arquitectos e ingeniero querían evocar un pueblo en fiestas con las instalaciones y el movimiento de un caballo con la cubierta. La cubierta. Y Eduardo Torroja. Esa cubierta que sorprende por su delicadeza y su vuelo (ojo, hormigón… y en el borde sólo tiene 8 cm de grosor) a la que vuelven los ojos desde todos los puntos del recinto. Una maravilla de un Torroja adelantado a su tiempo y que luego sirvió de inspiración para tantos otros. Por cierto, podéis ver y saber más de Torroja en el Museo que recientemente han inaugurado en el mismo Hipódromo. Y poco más que esto se ha ido de madre… Que os acerquéis al Hipódromo de la Zarzuela si tenéis ocasión, que no dejéis de ver y mirar todo y que disfrutéis. (*) AEPPAS20, ASOCIACION ESPAÑOLA PARA LA PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO DEL SIGLO 20 , es una asociación sin ánimo de lucro, fundada en febrero del 2011. Sus actividades, enfocadas a esa protección y difusión, son siempre interesantes así que os animo a conocerles y a colaborar con ellos.